domingo, 24 de agosto de 2014

La llegada de Jeremy Scott a Moschino


 Entre los diseñadores/marcas de prêt-à-porter que emergieron en los años 80, Moschino fue una de las que manifestó una particular desviación de las normas establecidas en la moda y la inclusión de criterios radicalmente heterogéneos en el diseño.
Tras la muerte de Franco Moschino en 1994, su asistente Rosella Jardini quedó al frente de la marca hasta que, a finales del año pasado, irrumpiera la noticia de la designación de Jeremy Scott como nuevo director creativo. Sin dudas, una acertada elección para sostener el concepto estético que construyó su fundador.
El Otoño-Invierno 2014-15 que presentó Scott conecta su irreverente visión de la moda con la estética posmoderna que ha desarrollado Moschino: irónica, divertida, ingeniosa, provocadora y satírica. En su primer colección la apuesta es fuerte y realizando una contundente referencia a la cultura de masas se inspira en la comida rápida, símbolo excluyente de las sociedades de consumo.



 Manteniendo la herencia de Moschino, Scott realiza su relectura satírica de Chanel, y así devienen en pasarela dos grandes hits bajo cita textual del rojo y amarillo Mc Donalds : su clásico traje con chaqueta y el bolso 2.55/boy acompañando un vestido camisero + visera  resignificando un uniforme.
Además, el diseñador metamorfoseó la icónica "M" de la famosa cadena de hamburguesería en la acorazonada "M" de Moschino.


 Su huella estilística se hace presente a través de Bob Esponja, animación que ya ha sabido incorporar en algunas colecciones de su propia marca, pero que ahora, lo suma para refrescar el universo Moschino.



 Otros de los items-Moschino reversionados fue el denim. En su propuesta, sin dudas más urbana, lo presenta desteñido y acolchonado, y  para la ocasión el logo de Moschino aumenta de tamaño.


  El dorado en sus distintas versiones: los cinturones envolvieron las piezas en cuero negro, y resaltó en chaquetas y pantalones que iluminaron la pasarela. Acompañaban ostentando los equipos cadenas de oro; anillos; minicarteras y  candados al cuello.



 Para finalizar esta gran oda dedicada a la cultura pop, Scott nos propone una vuelta por el supermercado, y en un guiño a Andy Warhol, emergen vestidos de noche cuyas estampas son los envases de diversos productos






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